© blog: Son de Oleiros

martes, 24 de julio de 2012

La premonición disipada

2º fragmento de "Los gallegos". VV.AA., ediciones Istmo

"...La Edad Media siguió sobreviciendo en Galicia... ¿Es que después de lo pasado podía el pueblo vivir más que "a la defensiva"? Gloriosa defensiva, que al menos salvó la raza y el idioma primogénito del latín.
La sociedad tradicional sólo adquirió cohesión en el bloque campesino, que aglutinaba más de los dos tercios de la población total. El absentismo de los señores –con abandono de los pazos– en la Corte de los Reyes, por un lado. El dominio territorial de monasterios y abadías, hasta la Desamortización, por otro. Ambos fenómenos completaron –con la invención del foro como arma jurídica– el mecanismo de la postración rural. A donde no llegaba el foro con su laudemio llegaban el fisco, las oblatas, los derechos de estola y pie de altar, etc.
Y silenciosamente, el hambre. El hambre total, de alimentos y de oligoelementos, aparente y oculta. El hambre arrojando a los jóvenes a la emigración. Primero hacia ciudades de otras provincias de España, principalmente de Andalucía; también a Portugal. Después al Continente americano, adquiriendo ya dimensiones espectaculares en los siglos XIX y XX.
La imagen de una sociedad desangrada e indefensa se consolidó a lo largo de los siglos. Hasta el primer tercio del XX no llegó a imponerse la redención forzosa de los foros. De este mismo siglo es una estampa, que tiene por escenario a Compostela, y podría ilustrar cuanto veníamos contando:
Aún las recuas de mulos, cargadas de trigo, centeno, castañas, gallinas... entraban en otoño por las rúas hacia el pazo del forero. Alguna vez, el propio titular del señorío bajaba hasta el patio interior cuando llegaba la valleinclanesca embajada.
Xoan, el estoico Xoan, el foratario, mientras descargaba los sacos saludó al Marqués. Este quiso serle grato, y se interesó por el vivir de la aldea de donde aquél procedía.

–Hai, señor –contestó el recién llegado–, ¿sabe o que viña matinando pol-o camiño?
–Dime, hom...
–Mire. Ben fixo Deus en inventar as bestas, pois de outro xeito os señores ainda hoxe andarían a cabalo de nós.

jueves, 19 de julio de 2012

Fronte ao ruido e a vacuidade centralista excluinte

Cando a historia se repite e aflora con forza o abuso de poder, de posición dominante, cumpre volver a ler os clásicos, buscar nos feitos contrastados do pasado a razón do por que hai vítimas e verdugos, ricos e pobres, benditos e condenados. Imos transcribir por entregas as páxinas 45 a 54 dun libro imprescindible: “Los Gallegos”, VV.AA., ediciones Istmo. Trátase das primeiras páxinas aportadas nun estudio mais amplo por Valentín Paz Andrade sobre a sociedade galega. Dentro de un ano pediremos permiso para facer o mesmo a respecto da maxistral definición do Profesor Barreiro Fernández sobre a Historia política de Galicia.

Valentín Paz Andrade

La premonición disipada

En una ribera de la vieja Galicia la sociedad se retiró de la Historia. Lucía la mañana del diez de marzo de 1493. Poniendo proa a la entrada Sur, la Pinta ganaba la delantera a Colón en el retorno glorioso. Martín Alonso Pinzón la dejaba varada en la playa de Bayona. La noticia del descubrimiento de las Indias Occidentales nació así. Y nació aquí. Era la mayor novedad geopolítica de todos los tiempos. La más asombrosa y promisoria a la vez. La que habría de redimensionar el mundo de los espacios, los números y los mitos. Y también el destino de los pueblos.
Con ella la cintura del planeta ganaba de repente la curva que le faltaba. El arco iris de las razas humanas integraba sus pilares, completaba sus colores, acusaba sus términos más recónditos bajo penetrante luz. Una nueva armonía de tierras y mares, de etnias y áreas, de creencias y lenguas comenzó a surgir. No por prematura emanación de sueños, , sino para asociarse, más tarde o más temprano, al destino de los hombre.
Aquí, pues, en la tierra que pisamos, dentro del rigor cronológico se sepultó la Edad Media. ¡Qué deslumbrante anunciación parecía encerrarse en la semiología del evento! Después de la rotura del himen occidental, venían tiempos inéditos. Todo tendría que cambiar. Y en primera instancia para las viejas sociedades tradicionales. Especialmente las que resultaran más o menos directamente implicadas en la órbita de aquel macrogiro de la historia.
Aquella fue la fabulosa premonición para el despegue y el auge. La premonición disipada.

Las cosas no estaban de ser. Para Galicia, se entiende. A pesar del sesgo estelar advenido, no estaban de ser. Galicia ya no era el reino soberano que fuera con los suevos. Ni el menos pleno que fuera reconstituido, con estructura feudal, en el prólogo de la Reconquista. El que desgajara su cuerpo en dos, para dar nacimiento, en 1139, al Reino de Portugal. Era, en realidad, una sombra mutilada y convaleciente de su pasada grandeza. Recia pero vetusta sociedad tradicional, sin influjo ni poder para ejercer las opciones del cambio sociopolítico. Mucho menos del trueque de soberanías.
Sociedad de bajo, aunque ilustre índice urbano. Población rural ultramayoritaria. Marinería gremial . Sobre esta debilidad constitutiva, sociedad traumatizada por un siglo de guerras entre el pueblo y el poder. Campesinos y menestrales de un lado -los irmandiños del “Deus Fratesque Gallecia”- y de otro el dominio feudal, compartido por las almenas y las mitras. Aliados, y también en ocasiones enemigos.
Fueron aquellas las primeras rebeliones civiles por la libertad de la tierra de que un lugar de Europa fue escenario. Campañas dolorosamente perdidas por las milicias del pueblo, pero tampoco ganadas por los nobles, frente a cuya altanería no habría de tardar en alzarse la horca de los Reyes Católicos. Y mucho más aún. Todo el aparato de “doma y castración” del país, según historió Zurita.


(Continuará en la página 54)

martes, 3 de julio de 2012

O peso do xuízo crítico

Debo de estar brando de máis outra vez. O caso é que non estou preparado para asimilar unha sucesión de toma de decisións anunciadas nos medios á hora de xantar:

Noticias:

–“suprímese a merenda dos presidiarios nos cárceres de Cataluña por mor dos recortes”.
E medio minuto despois.
–“novas dotacións médico-cirúrxicas para atender aos accidentados nos encierros de San Fermín”.

O sufrido lector de novas aparecía de traxe e garabata e sen suar namentres anunciaba temperaturas de corenta e dous graos á sombra. Pouco exemplar que nesta Europa ancorada no pasado non se poña en práctica un uso da vestimenta no Parlamento, nos estudios dos medios de comunicación, na banca e nas empresas, no comercio unha vestimenta que sen deixar de ser elegante non precise dun consumo en aire acondicionado anti-ecolóxico. Neste tema os australianos amosa moito máis sentidiño.

“O consumo eléctrico acadou un máximo histórico onte, coincidindo cunha vaga de calor sahariano que disparou o consumo de aire acondicionado nas grandes cidades do centro e sur da península. O encendido das casetas da feira de Abril está, sen embargo, asegurado ”.

“Os galegos pagan a luz máis cara que o resto de cidadáns españois na comunidade máis excedentaria en produción e exportadora neta”.

“O prezo do gasóleo é mais elevado a 300 metros da Refinería de A Coruña que nas entradas a Madrid”.

“O sector leiteiro galego condenado a desaparecer. Os galegos cobran por baixo do custe de produción e non teñen capacidade de negociación nun sector dominado polo capital foráneo que converte un 20% do leite galego en procesados e estrangula o sector inundando co seu propio leite o mercado a partir dun trato arancelario de favor e tamén de parte das súas propias puntas de lanza, as grandes superficies de capital foráneo.”

En fin, logo din que ser nacionalista é pecado. No caso dos galegos a cousa xa ven da época romana, sueva, visigótica, os reis de Oviedo e de Castela, o Arcebispado armado e os monacatos cos seus señoríos ou máquinas recadatorias, parte da “nobreza” que nos mataba á fame para poder manter máis infantería, a monarquía de Castela mandando arrincar as nosas cepas, as nosas oliveiras... prohibindo aos nosos portos o tráfico comercial con América... Logo galegos do século XX remataron o proceso da nosa colonización. Por iso, o nacionalismo no caso dos galegos non é excluínte, case que nin é reivindicativo de ningún feito diferencial en moitos casos... só é unha cuestión última de defensa persoal. E que non nos digan que temos que pedir disculpas por ilo nós, que históricamente vimos recibindo paus durante os últimos dous milenios.

Libre asociación en Arteixo para celebrar o San Xoan?

¿Vivimos nun Estado democrático?   Un grupo de veciños de Arteixo unidos pola súa ideoloxía (materializada nos proxectos de Alternativa dos ...