Esta é a introdución para unha carta que me fai chegar unha amiga que, logo de transitar pola situación desesperanzada dun paro de longa duración, desembarca nun posto de traballo para experimentar, coma unha labazada, o contraste entre o mundo de conciliación e bo clima debuxado pola reclutadora e a cruda realidade dunha xerencia tan abusadora e transgresora da lei como, por desgraza, frecuente. Velahí lles deixo o documento:
"
Se busca autómata, sin ilusiones,
con dotes de actor y con la máxima aspiración en la vida de pagar
el alquiler”
Cuándo nos presentamos a una
entrevista de trabajo en la que el puesto que ofertan es de atención
al cliente a jornada completa lo que nos quieren decir es prepárate
para llevarlas de todos lados. Ahhh pero te ofrezco alta en la
seguridad social... Cómo si fuera optativo o un derecho!!!
Llegas a tu puesto, 8 de la mañana,
el teléfono empieza a sonar, la cuenta de correo cada vez más lenta
del tráfico que tiene, empiezas a abrir bases de datos sin sentido,
te levantas, imprimes, gestionas, todo va bien, pero de repente, a
las diez y con un café en la mano, empiezan a llegar tus jefes,
“alguna novedad?” tu le levantas de tu silla con inseguridad y
empiezas a contar las quejas de los clientes, quitándole hierro,
porque sabes que al final, aunque el problema venga de que el cliente
vive en la luna y no llegamos hasta allí, la culpa va a ser tuya por
haber cogido el teléfono. La mañana es tensa, hasta las 13,30. El
personal a esa hora ya esta deseando hacer ese tan necesario parón
de dos horas en el medio del día para ir al restaurante del polígono
a tomar un grasiento menú y media botella de vino, café bien
cargado para continuar la tarde en modo taquicardia.
A media tarde, y con la bajada del
flujo de estrés, los jefes se relajan, y entonces empiezan a contar
batallitas sobre viajes, chicas de la limpieza, compras.... eso
cuando no les da por hacer un análisis de la dura situación que
estamos viviendo, si es que a todo el mundo le afecta la crisis, a
ellos también, tenemos que ser comprensivos, al fin y al cabo, la
culpa es nuestra por haber vivido como reyes tanto tiempo. Te hacen
partícipe, te sientes uno más, ya no eres una mierda, están
hablando contigo de sus cosas, que genial, son como compañeros, lo
único que tu no podrás compartir nada con ellos, porque en tu vida,
todo lo que no sea trabajo, estorba, y si te hace feliz, peor
todavía, pero como te atreves a ser feliz con la mierda que cobras,
a ver si te enteras que en la vida todo tiene un precio, y si te hace
feliz ir a dar un paseo por el bosque eres un aburrido, pero... ¿qué
hay allí?
Cuando cae la noche, si eres valiente,
empiezas a recoger, ellos aún están y te vas a ir !!! Uyyyy pero
qué pasa! No tienes suficiente trabajo como para hacer horas extras
gratuitas? pero sorpresa, esa misma noche ha pasado algo mágico y
los expedientes han tenido hijitos encima de tu mesa, y al día
siguiente seguro que no te vas antes que tus jefes, a ver que derecho
tienes tu a tener vida familiar, a ver a tus hijos antes de que se
acuesten, a leer un libro o a irte a tomar una cerveza entre semana!!
para disfrutar ya está el mediodía, ahí si que te puedes ir con la
plantilla a tener buenas conversaciones de trabajo mientras comes
deluxe.
Así que como dice Sabina, si lo que
quieres es vivir 100 años no vivas como vivo yo. Planta cara a la
situación, cuando te griten porque algo no sale bien y no ha sido
por tu gestión, riete por dentro, mira como le crecen a tu jefe las
venas del cuello, respira y piensa en algo agradable, es difícil,
pero mantén la compostura, te quieren meter en su rol para que
sientas que les debes tanto por haberte dado esta oportunidad que
trabajarás de sol a sol por un sueldo de subsistencia que no te
permita ser más feliz que ellos. Cuándo compartan cosas contigo, no
te confíes, sólo quieren eso para luego poder abusar más, si ahora
son amigos, luego tienen que dar un golpe de timón para demostrar
quién manda, no te confundas, limítate a escuchar, no compartas con
ellos tu vida íntima, si lo haces ya no lo será y se creerán con
derecho de tomar partida en ella.
No sólo tenemos que ser críticos, el
cambio empieza en nosotros, no entres al trapo, no te van a echar,
les haces falta y vales mucho, sólo tienes que respirar y pensar que
las cosas van a ir a mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario